Dedicado a: Hilary Torres y Paola Coronel.
Es fácil perderse cuando se es joven. Sabes lo suficiente para ser víctima del efecto Dunning-Kruger: la tendencia que tenemos de sobreestimar nuestras habilidades, experiencia o conocimiento en cualquier tarea. No es que seamos estúpidos, es que estamos desinformados.
La vida es un juego en el que cuanta más experiencia tienes, más fácil es navegar por ella. Se podría argumentar que lo peor de ser joven es esa falta de experiencia. Como no tenemos nada visceral en que confiar, compensamos esa falta de conocimiento con lógica, por eso el adolescente inteligente pero insatisfecho es un cliché.
El hecho es que, por muy poderosa que sea la lógica, sólo es estable cuando sus bases también son estables. Eso significa que la acumulación sistemática de datos (o experiencia) es una tarea ineludible y de gran importancia. Lo que voy a acotar en este post es lo que considero que es probablemente la mejor forma de interiorizar nuestro conocimiento, aprender haciendo.
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Tenía unos 18 años cuando mi primera prueba vocacional llegó a mis manos. Estaba estudiando en una escuela bastante prestigiosa en México, al menos para mi padre. Mi opinión por otra parte es que las lecciones más valiosas de esa escuela me fueron cuán poderoso es realmente el dinero y cómo la habilidad no siempre se correlaciona con el «éxito».
La prueba tenía preguntas tan obvias que el propósito de la misma no era difícil de inferir; nos estaban clasificando en 4 categorías principales:
1. Física, matemáticas e ingeniería.
2. Biología y salud.
3. Negocios.
4. Humanidades y arte.
Estábamos cerca de separarnos en una de esas 4 áreas para llegar a la universidad con más preparación y familiaridad con el contenido que íbamos a ver. (Spoiler: en la universidad, la gente no tiene ni idea del material del mismo modo que tampoco tenían idea en la preparatoria).
Aproximadamente dos semanas después de que respondimos la prueba, obtuvimos los resultados. Mi curiosidad me llevó a observar los resultados de mis compañeros, la mayoría tenía una zona muy destacada que eclipsaba a los demás, muy pocos tenían 2 y creo que una persona sacó 3…
Sin embargo, justo como en la serie Malcolm el de en medio, la respuesta que obtuve fue que podía hacer lo que quisiera y seguiría estando bien; Obtuve las 4 áreas lo suficientemente altas como para considerarlas a todas como opciones.
Mientras que otros tenían claridad sobre los resultados, solo recibí más preguntas. Si el mundo entero estuviera abierto para mí… entonces, ¿qué elegiría?
Pensé que tal vez hacer todo podría funcionar, así que lo intenté. Empecé yendo a ingeniería porque era mi área más débil de todas. En clase de física descubrí una profunda fascinación por cómo funcionaba el mundo. Mientras pensaba que iba a ser filósofo, cambié de opinión para ser físico.
Como mis sueños siempre han sido más grandes que mi sentido común, decidí no apuntar alto, sino apuntar a lo más alto. En el ranking QS World University más reciente, la UNAM (Universidad Nacional Autónoma de México) ocupó el primer lugar en México, mi país. La carrera de física fue literalmente la carrera más difícil de ingresar (junto con medicina, que requería la misma cantidad de puntos en el examen): necesitabas 113 respuestas correctas de 120.
Como no sabía cómo estudiar, fracasé. La UNAM, sin embargo, tenía una filial en mi estado local, mirando las carreras que ofrecía sentí una punzada de alegría: había una carrera que lo tenía todo, literalmente: ingeniería, biología, humanidades, negocios, física, matemáticas, química. , programación e incluso tenía bastante de filosofía e historia.
Ver eso fue un sueño para mi yo indeciso. No tenía que elegir nada, simplemente pude seguir de la misma manera que lo he hecho durante toda mi vida; simplemente existiendo sin pensar; formando más sueños sin completar ninguno…
Pero también fracasé. Después de terminar el primer semestre sentí que la carrera no era para mí. No me sentía aceptado, no me sentía cómodo y no sentía confianza en lo que hacía.
No podía articularlo con palabras, pero algo no estaba bien.
Acababa de pasar un año esperando la oportunidad de estar aquí, un año y medio estudiando la carrera… Y sentí que todo había sido en vano. Todas las expectativas de lo que pude haber sido se habían ido. Sin esperanza, decidí abandonar la carrera.
Han pasado unos 2 años desde que tomé esa decisión. He aprendido mucho, pero todavía no tengo todas las respuestas. Sin embargo, lo que descubrí es que el resultado que obtuve fue completamente natural, ya que se me presentó un problema imposible: cómo tener certeza en un mundo incierto.
Este post es la respuesta que daría a ese dilema.
Acepta la incertidumbre
Nuestro sentido común actúa de formas extrañas. Si bien a veces puede ser increíblemente poderoso, otras veces es completamente incorrecto. Un ejemplo del segundo caso es la toma de decisiones.
Se puede argumentar que tomar buenas decisiones es una de las habilidades más vitales que podemos tener en nuestras vidas. Al final del día, mientras que nuestro trabajo y hábitos determinan en gran medida los resultados de lo que deseamos perseguir, es la búsqueda misma la que determina la estructura de lo que va a suceder; nuestras decisiones son la columna vertebral o el boceto de nuestros resultados.
De la misma forma que un drogadicto no espera disciplina en su consumo ni que un voluntario haga fortuna, siempre que actuamos, seamos conscientes o no, existe una estructura interna que orienta ese camino como viable para un cierto resultado.
La vida se siente reactiva, pero en muchos sentidos es predictiva. Hacemos lo que hacemos no porque sabemos lo que sucederá, sino porque lo esperamos. No importa cuánta experiencia o certeza creas tener, lo que realmente sucede siempre ha estado y siempre estará fuera de tu control, “El hombre propone pero Dios dispone” como dice el refrán.
Intentar forzar un resultado solo se puede lograr a través de un conjunto de iteraciones indefinidas. Repites el mismo proceso una y otra vez hasta que sucede, si es que llega a pasar. Al repetir las condiciones, solo aumentan las probabilidades, pero la certeza nunca llega, es la incertidumbre lo que se reduce.
Sin embargo, reconocer esto por sí solo ayuda poco. Si bien es lógicamente comprensible que es imposible tener certeza, aceptar este hecho a ciegas podría ser difícil y peligroso. La confianza, aunque ahora sea absurda cuando se ve bajo la lente de la lógica, es necesaria.
Tener confianza en lo que estamos haciendo es encantador. La duda, por otro lado, se asocia comúnmente con los inseguros y los mentirosos. No estoy recomendando mostrar públicamente lo poco que realmente sabes, lo que estoy sugiriendo es que reconozcas, al menos internamente, que hay muchas cosas que aún no sabes.
Nos apresuramos a culparnos a nosotros mismos y a los demás cuando algo sale mal, que ignoramos totalmente el rol de la suerte; trillones de variables incontrolables y desconocidas que interfieren con nuestros planes; caos.
Incluso si tu decisión terminó mal, la tomaste utilizando la información, el tiempo y los recursos que tenías en ese momento. Si bien podría haber sido posible adivinar correctamente con los recursos que tenías, recomiendo no ser muy duro con uno mismo, especialmente sabiendo que tenías un problema difícil y muy poco poder para resolverlo. A todos nos encantaría no cometer errores, pero cometerlos siempre será el resultado más realista.
Suena horrible, lo sé. Yo mismo he experimentado lo complicado que puede ser elegir una carrera en particular: hay cientos de opciones y los consejos que la mayoría de la gente da honestamente no sirven de nada. ¿Por qué? Porque son consejos que se crearon en una época en que el mundo no se movía tan rápido y cuando la «necesidad» de encontrar una especialidad lo antes posible no era tan pesada.
Si bien se esperaba que la generación de nuestros padres fueran cuidadores responsables de sí mismos y de su familia, hoy en día tenemos muchas narrativas y posibilidades diferentes para explorar. La cantidad de opciones en el presente es simplemente abrumadora.
La tolerancia a diferentes etnias, religiones, filosofías y sexualidades ha abierto el mundo a un vasto mar de maravillosas posibilidades… pero mientras aprendemos a aceptar más y más nunca se nos dice cómo elegir y dejar ir.
Por supuesto que en el pasado hubo personas excepcionales que desafiaron la norma y diseñaron una vida compleja y poco ortodoxa, pero incluso entonces muchas de estas personas tenían algún tipo de estructura con la que jugar. Aparte de los guiones invisibles que tiene cada cultura, nuestras pautas hoy en día son bastante borrosas.
Es normal estar confundido. De hecho me enoja que no se trate como tal. Necesitamos trazar un mapa sin saber hasta dónde se extiende el terreno y sin saber cómo trazarlo tampoco. No es la búsqueda de un camino lo que cansa, es lo mal definido que está el problema.
Incluso las historias de éxito convencionales han sentido esto. Como dijo una vez el cineasta Guillermo Del Toro: Yo nunca me sentí más acabado y viejo que a los veintitantos. Decía ‘ya se me pasó la vida y no hice nada’”
A medida que avanzan las generaciones, disminuye la necesidad de que tanto hombres como mujeres cumplan con su rol “natural”. Ahora, la supervivencia es algo tan comúnmente otorgado a la mayoría de las naciones que ha dejado de ser un problema desafiante para la mayoría de las personas. Como no tenemos la misma necesidad de trabajar, reproducirnos y luchar, es en estas circunstancias que debemos permitir mas que nunca el desvío de la norma.
No es solo que vivir tu vida en tus propios términos es más liberador, satisfactorio y divertido, sino que permitir que las personas tengan más tiempo para explorar podría traer enormes beneficios para el mundo en general, ya que más personas podrían estar haciendo lo que mejor saben hacer.
Como dijo el poeta Rainer Maria Rilke «No busques ahora las respuestas, que no se te pueden dar porque no podrías vivirlas. Y el punto es vivir todo. Vive las preguntas ahora».
Nos demos cuenta o no, la vida no es nada más que la acumulación de cambios. Casi todas las personas exitosas en las que puedas pensar tuvieron un período de tiempo en el que estaban haciendo algo completamente desconectado de lo que terminaron haciendo.
La vida es el nacimiento del caos y el caos se compone de movimiento. Es especialmente entre los 18 y los últimos años de la treintena que se producirá la mayor parte del cambio en quienes somos. Es tentador querer comprometerse, tener un enfoque de ojo láser es una fortaleza, pero no debes olvidar que cualquier compromiso es un compromiso con tu yo futuro, una persona muy diferente a tu yo actual, una que aún no existe.
Es posible que puedas explicar por qué son así las cosas ahora, pero sólo puedes intentar predecir lo que sucederá después. La explicación es un reino que sólo puede existir en el pasado.
Limitamos la naturaleza amplia y multidimensional de la realidad solo por un poco de calma. Actuar como si ya lo supiéramos todo nos pondrá en muchos problemas, ya que sabemos lo suficiente para tener confianza y ser descuidados. Es la personalidad egocéntrica, la que no reconoce que sus éxitos pasados tienen importancia sólo en su pasado.
Cambiarás. Date cuenta que tus preferencias, tanto en el trabajo como en la vida, no serán las mismas porque tú tampoco serás la misma persona.
Nunca puedes saber realmente si tus decisiones fueron incorrectas, ya que no tienes acceso al lujo de un grupo de múltiples tus que experimente con todas las posibilidades. Sin embargo, si puedes iniciar reconociendo cuánta incertidumbre hay.
Es aterrador solo pensar en la posibilidad de que no te conozcas a ti mismo, pero es común. A medida que cambiamos, la necesidad de estudiar nuestros nuevos hábitos, valores y comportamientos debe acompañar ese cambio. Es posible que nunca tengamos suficiente información, pero solo tener una noción de cuál es la probabilidad de que algo suceda ayuda mucho.
¿Y si tu carrera no fuera lo que esperabas? ¿Qué pasaría si la persona con la que decidiste salir fuera muy diferente de lo que pensabas? ¿Qué pasaría si una experiencia o idea repentina arruinara toda tu realidad por completo y te vieras obligado a cambiar? ¿Qué harías si todo lo que planeaste sale mal?
La ignorancia no es una debilidad, es un hecho.
Estableciendo límites
Si bien aumentar nuestra humildad es un paso poderoso en sí mismo, el simple hecho de aceptar que no sabes nada probablemente te hará sentir insoportablemente perdido. El reconocimiento de la ignorancia ayuda a tener una actitud más dispuesta y abierta a la nueva información. El problema es que la cantidad de información es tan enorme que recibirla sin cuidado nos abrumará.
Se puede afirmar que la información es infinita. No importa lo que elijas, puedes describir un estado, un objeto o una acción desde las minucias de los átomos hasta la amplitud de la filosofía.
Nuestras vidas son demasiado cortas para probar y explorar todo lo que encontramos. Viéndola como una entidad, la ciencia es el intento comunal de hacer precisamente eso, y como ha demostrado su historia, tener ese nivel de atención es costoso, lento e incluso incómodo.
Si bien no queremos que el ego, el orgullo, el miedo o la vergüenza nos impidan experimentar la vida, tampoco podemos simplemente vivir sin pensar, al menos si queremos sobrevivir. Prosperamos en la estructura; necesitamos valores, reglas u objetivos para mantener nuestra búsqueda enfocada y no perder el ritmo más de lo necesario.
El mejor filtro que existe es la experiencia. Haber experimentado visceralmente un evento nos permite comprenderlo más profundamente. No son las palabras y los diagramas, sino los sentimientos los que nos conectan con la información que vale la pena recordar.
De la misma manera, incluso en actividades altamente jerárquicas o complejas como la ingeniería o el derecho, todavía puedes encontrar grandes expresiones de emoción. Lo que podría parecer una búsqueda superficial de dinero bien podría ser un intento de la persona de no experimentar el frío o el hambre que sentía cuando no tenía un peso.
El contexto importa, y mucho. No supongas que debido a que algo no crea una relación instantáneamente contigo, no lo encontrarás significativo o valioso. Las personas son consistentes en su comportamiento en las mismas situaciones, pero no somos consistentes cuando solamente existen similitudes estructurales.
¿Qué quiere decir esto? Que la persona que podría derretirse de ansiedad en la consulta del médico puede ser un escalador tranquilo; el empresario arriesgado puede correr pocos riesgos sociales o un hermano excelente y afectuoso puede ser un hijo resentido. No es hipócrita, es natural tener este cambio en nuestro comportamiento cotidiano.
El hecho de que te guste bailar con tu grupo de amigos en el antro no significa que quieras tolerar el costo físico y psicológico de ser un bailarín profesional. De la misma manera, solo porque descuidaste tu cuerpo cuando eras adolescente no significa que no puedas ser culturista o modelo cuando crezcas.
El punto aquí es que no debes asumir que la presencia o ausencia de un vínculo con algo en el pasado significa que este vínculo se mantendrá en el presente o incluso en el futuro. La recreación de uno mismo es posible en cualquier momento y circunstancia.
«Por lo que vale… Nunca es demasiado tarde, o en mi caso demasiado temprano, para ser quien quieras ser. No hay límite de tiempo. Empieza cuando quieras. Puedes cambiar o quedarte igual. No hay reglas para esta cosa». Como dijo el escritor estadounidense F. Scott Fitzgerald.
Mientras no persigas cosas que son contradictorias, deberías estar bien.
Para establecer límites, puedes probar estas preguntas:
1. ¿Qué le dirías a tu mejor amigo que hiciera, si estuviera en la misma situación?
2. Si te reemplazaran mañana, ¿qué haría tu sucesor con tu más grande dilema?
3. Dentro de seis meses: ¿qué evidencia me haría retractarme de esta decisión? ¿Qué me haría poner más recursos en ella?
Optimizando la experiencia
Ahora que hemos abierto nuestra mente reconociendo nuestra ignorancia, fijando los límites para reducir nuestro agobio, sigue el poner atención intensa en nuestra vida y el flujo de esta.
Como dijo la poetisa Mary Oliver «La atención es el comienzo de la devoción». Haber pasado por muchas experiencias no es suficiente. Estar dispuesto a poner toda nuestra atención en ellos es lo que finalmente extraerá el valor de todas esas experiencias.
En la novela de Herman Hesse, «Siddhartha», el protagonista homólogo encuentra la iluminación no en el ruidoso mundo de las apuestas, el dinero y las mujeres, sino en el tranquilo sonido de la naturaleza. Tendemos a creer que el trabajo y las ideas complejas provienen de procesos complejos, pero interpretar cuidadosamente el mundo «simple» y natural es mucho más de lo que necesitamos.
Como vivimos en la era de la abundancia, simplemente seguir lo que se siente bien nos hará pobres, adictos, solos y rotos. Prestar nuestra atención es dar nuestra visión, la preciosa brújula que nos guía por la vida. No necesitas tanto como crees, el mundo natural es inmensamente rico, solo necesitamos volver a aprender a apreciarlo.
El primer paso es destruir la desconexión entre tú y el universo. Ambos son parte de un todo que se comunica e interactúa entre sí. La vida se vive mejor no solo a través de la experiencia pasiva, sino también de la creación activa.
Aprender es prácticamente sinónimo de vida y crecimiento. Si volvemos a las raíces latinas de la educación nos encontramos con lo mismo. La educación tiene dos significados: uno es criar, cuidar o alimentar, mientras que el otro significa salir o extraer.
La persona que no actúa está a salvo de muchos males, pero no actuar es la negación de la causalidad. No puedes saber qué pasará si nunca actúas. La expresión es hermosa, pero rara vez pensamos en ella como necesaria y el expresarse es muy efectivo al nutrir el alma.
– El que no expresa amor puede que no esté tan dolido con la separación, pero tampoco sabe lo que se siente el estar conectado con alguien más.
– La que no crea arte puede que nunca conozca la humillación, pero tampoco conoce los límites de su talento.
– El que no logra expresar una solución mejor quizás nunca encuentre resistencia, pero nunca verá la ayuda y la salvación que su idea podría haber creado.
Pasarnos la vida alimentándonos de las mejores experiencias suena genial, pero no hacer nada cambia nada, ni siquiera a nosotros mismos. Mantener ese muro entre la realidad y nosotros es un engaño; tenemos un papel en el desarrollo del universo, no importa cuán pequeño o cuán grande sea, lo que importa es que existe.
Actuar es un acto de valentía. Es la aceptación de las consecuencias. Es estar dispuesto a apostar que la acción (incluso si sólo se trata de prestar atención) vale la pena.
Vea a cualquiera de los mejores en cualquier campo y verá cómo tienen una conexión religiosa con su oficio. Actúan como si lo que estuvieran haciendo fuera lo más importante del mundo. Puede que tengan razón, ¿qué pasaría si estuvieras haciendo lo que solo tú puedes hacer mejor? ¿No suena eso significativo?
Como dice el proverbio chino «Dime y lo olvidaré; muéstrame y lo recordaré; ¡involúcrame y lo entenderé!». Reconoce tu lugar y empieza a actuar directamente sobre lo que quieres. Ser joven es un gran regalo porque mientras aumentan las expectativas a medida que creces, en realidad no tienes a nadie a quien cuidar más que a ti mismo.
A medida que envejeces, las personas que has encontrado en tu camino comienzan a ser más y más importantes a medida que comienzas a comprometerte con ellas. Tener un trabajo, formar una familia, iniciar una empresa o tener un grupo de amigos son cosas que para disfrutarlas de manera óptima necesitas tener cierta responsabilidad sobre tus acciones y actitudes.
No es que el día que cumples 18 años cambies inmediatamente de niño a adulto. Las circunstancias pueden ser sorprendentemente diferentes y es posible que tengas la necesidad de comprometerte antes o elegir hacerlo más después de lo que la mayoría lo hace. Lo que realmente cambia es qué tan sintonizado estás con el reloj y el espíritu de tu generación. No es imposible vivir fuera de estas oleadas generacionales, simplemente es difícil.
Nadar es más fácil cuando las mareas están tranquilas. Formar relaciones interpersonales es más fácil en edades más jóvenes porque tienes muchos lugares y horas disponibles para reunirte. Una vez que te empieces a comprometer, si tu calendario es diferente al de tu compañero, es posible que nunca tengan la oportunidad de reunirse.
Antes del compromiso debe haber exploración. No apresures el proceso, pero préstale mucha atención. Experimenta y vive plenamente, para que cuando llegue el momento, no tengas que luchar contra la marea para hacer algo que podría haberse hecho más fácilmente ayer.
Se audaz
Por supuesto que da miedo actuar. Lo que se ha hecho nunca se puede revertir. Cada error o precisión del pasado quedará grabado en la línea del tiempo.
Sin embargo, como se mencionó anteriormente, no hacer nada también es una elección, una que también se mantendrá grabada. La principal diferencia entre los dos es la consecuencia; cuando actuamos somos protagonistas de nuestra propia historia.
El pasado físico es fijo, pero el pasado psicológico es flexible. Si bien actuar significa que cometeremos más errores, a la larga es una ventaja, ya que proporcionará una retroalimentación constante de lo que somos capaces e incapaces de hacer. La vida es un juego dinámico en el que constantemente se nos entrega nueva información, ignorarla es ignorar la posibilidad de encontrar un valor nuevo e inesperado.
Tratar de encontrar una verdad objetiva es absurdo, tentador pero no obstante absurdo. Lo hemos intentado durante demasiado tiempo y el universo parece dar la respuesta de que la única constante es el cambio. Eso nos incluye. Somos obras en progreso que dicen estar terminadas. Si bien es cierto que la mayoría de los cambios ocurren cuando somos jóvenes, estos nunca cesan, siempre estamos desarrollandonos.
Es normal querer trabajar hacia atrás a partir de cómo resultaron las cosas y tratar de desarrollar una respuesta, pero hacerlo abre la oportunidad a un amplio y engañoso conjunto de sesgos inherentes a la psique humana. El método científico es predictivo y el empirismo complemento al racionalismo por una razón: hay muchas veces en que el mejor camino es simplemente intentar hacer algo y ver que pasa.
Estudiar la historia correctamente mostraría con precisión cuán vicioso y aleatorio puede ser el mundo. La suerte juega un papel central en nuestra vida. Nadie pudo predecir cómo llegamos aquí y los que lo hicieron fueron o charlatanes que dijeron 1.000.000 de afirmaciones para que sucediera una o cuidadosos generalistas que apostaron a un abanico de posibilidades mediante un cuidadoso diagnóstico.
El segundo suena snob, pero es el camino que está a nuestro alcance, por ende es el más útil.
Si bien la buena suerte o las oportunidades no se pueden obtener de manera constante, el autoconocimiento sí. Mientras sigamos actuando y analizando lo que sucede iremos rescatando cada vez más datos que podrán ser utilizados más adelante cuando por fin llegue la buena suerte.
La audacia no sólo ayuda en los pasos necesarios para avanzar, sino también en el abandono del pasado. No mejoras si no cambias, pero el cambio tiene el costo de saber que lo que estás dejando atrás es probablemente lo mejor que podrías haber obtenido. Ya que los reinos de la posibilidad escapan a tus ojos, no puedes saber cuán valioso es algo.
Sin embargo, aferrarse demasiado es un riesgo en sí mismo. La arrogancia y el apego aparecen muy rápidamente una vez que la ansiedad de evitar el futuro es mayor que el miedo a permanecer igual. Tener estructura en nuestras vidas es importante, pero usar pilares débiles en esa estructura solo creará identidades débiles. Forzar la estrechez en el mundo solo para dar un espacio perfecto a lo que ya conocemos nos hace frágiles.
Imagina que es un rompecabezas: si la pieza no encaja nos ponemos ansiosos; si decidimos construir otro rompecabezas alrededor de esa pieza, perdimos el objetivo inicial, ya que no era el que estábamos construyendo antes; si cortamos la pieza para forzarla por el centro, vivimos una mentira.
Las respuestas apropiadas llegaron a las preguntas apropiadas. Si bien nuestras narrativas del mundo pueden ser mucho menos que perfectas, también existe la posibilidad de crear verdaderas obras maestras. Hay muchos rompecabezas posibles para completar, incluso nuevos para crear.
Tener un núcleo no es tarea fácil y tener uno claro no es tan importante como tener uno sólido. No es necesario que puedas explicar por qué haces lo que haces. Tus acciones podrían ser más claras que tus palabras.
Solo muévete paso a paso. “Caminante no hay camino, se hace camino al andar” como decía el poeta español Antonio Machado. No intentes encontrar lo mejor, solo pregúntate «¿cómo puede ser mejor?» y muévase con coraje, disciplina y honestidad a la respuesta que escuchó.
El orgullo o la vergüenza que no te permite distanciarte del pasado es dispensable. No le otorgues tanto valor.
Apuntando amplio
No necesitas tener un plano completo para comenzar, inicia con un boceto. «¿Qué es interesante para ti?» No juzgues tu respuesta, incluso si es algo muy general cómo: ayudar a las personas, cambiar el mundo o tener éxito. Incluso las respuestas vagas son útiles cuando las tratas como materia prima.
A partir de tu respuesta, deriva un por qué. No importa si la deriva también es vaga, solo necesitas ser un poco más específico que la respuesta anterior. Estamos perfeccionando un boceto, cuanto más desconectada estés de tus deseos, más tiempo llevará este proceso, así que sé paciente. Repita e itere durante el tiempo que necesites.
No importa si la respuesta no llega este día, este mes o incluso este año. Lo que importa es que continúes hasta que encuentres algo tan específico que sepas que tienes la posibilidad de actuar sobre ella en el corto plazo. A partir de la experiencia de ese primer paso, construyes el segundo, luego el tercero…
“Las personas que estudiamos que están satisfechas sí persiguen un objetivo a largo plazo, pero solo lo formulan después de un período de descubrimiento”, como dice el neurocientífico Ogi Ogas. Lo que estamos tratando de lograr es un intermedio entre el reconocimiento de la amplitud del mundo real y la aceptación de que necesitamos especificidad, ya que prosperamos cuando tenemos enfoque.
No te preocupes si ese salto suena completamente extraño a lo que has estado haciendo. El mundo real a menudo pertenece a aquellos que pueden aplicar reglas y habilidades antiguas a reinos completamente nuevos. Tener una variedad de habilidades es una ventaja en el mundo real, especialmente considerando cómo las tareas repetitivas y con patrones han sido automatizadas por software y ahora la I.A.
En perspectiva, una vez que el mundo se asiente y tu pasado comience a formar un camino más comprensible, te darás cuenta de que este salto desconectado fue en realidad breve e incluso natural.
No puedes saber todo por ti mismo, así que si quieres volver a casa con algo valioso para usar, debes estar dispuesto a llevar una canasta amplia. Un poco de creatividad y esfuerzo puede transformar esa desconexión superficial en un todo real y cohesionado.
Lo mismo va para ti. Ignora a todas esas personas que están obsesionadas con saber quiénes son a una edad temprana. Si encuentras tu vocación en tus 20s o en tus 70s es insignificante, lo que importa es que disfrutes tu desarrollo, ya que este va a componer el 99% de las experiencias que adquirirás a lo largo de tu vida.
Agradece la neuroplasticidad del cerebro humano. Ten en cuenta que puedes equivocarte muchas veces y aun así estar bien. No vea la desviación de oler las flores como una pérdida de tiempo, sino como una hermosa experiencia.
Después de todo, creo que nuestras vidas son nuestro mayor trabajo creativo. Practica mucho para formar una identidad de la que te sientas orgulloso.
«Si el necio persistiera en su locura, se volvería sabio». como dijo el poeta William Blake. El tonto es el que puede cambiar, ignorar e incluso repetir narraciones anteriores. Su ignorancia es parte de su belleza, pues quien reconoce su desconocimiento es quien es capaz de reducirlo, esta es la razón por la que Sócrates, uno de los hombres más sabios de toda la historia humana dijo “solo sé que no se nada”.
Personalmente, aunque volver a la sobriedad de la humildad es un gran desafío, me está yendo mejor que antes. Tengo fe en que tú también puedes hacerlo.
Siéntete orgulloso de ser inexperta.
Eres un lienzo blanco que se está pintando.
Eres arte en proceso.
Este post fue creado basándome principalmente en las ideas de:
- Thinking in bets de Annie Duke.
- Range de David Epstein.
- Decisive de Chip y Dan Heath.
- Mastery de Robert Greene.
Muchas gracias por leerme. Lo aprecio mucho :3
Sin nada mas que decir, me despido.